20/11/2023

TERRENO ACCIDENTADO Y PLATAFORMAS AÉREAS DE TRABAJO: ¿QUÉ PRECAUCIONES DEBEN TOMARSE?

Las plataformas aéreas de trabajo facilitan el acceso a zonas de difícil acceso y han revolucionado las condiciones de trabajo en muchas industrias. Sin embargo, el uso de plataformas aéreas no está exento de riesgos, especialmente cuando se utilizan en terrenos irregulares o inestables, como terrenos embarrados o accidentados. De hecho, cada entorno presenta retos diferentes que cada operador debe identificar y comprender, con el fin de tomar precauciones específicas. Como recordatorio, la ausencia o falta de preparación puede dañar la plataforma y provocar lesiones graves o mortales.

Reconocimiento del terreno
Un reconocimiento del terreno es esencial antes de realizar cualquier trabajo. Esto permite detectar cualquier irregularidad. Varios organismos, entre ellos el Instituto Nacional de Investigación y Seguridad (INRS) francés, insisten en la importancia de esta etapa, recordando que incluso un terreno visualmente estable puede ocultar zonas frágiles. Un terreno encharcado, por ejemplo, puede hundirse bajo el peso de la máquina. Por el contrario, algunos terrenos rocosos, aunque accidentados, ofrecen mayor estabilidad. Por lo tanto, la identificación del terreno va más allá de la simple observación. Tomemos, por ejemplo, un césped después de una lluvia intensa: puede ocultar zonas embarradas que podrían hacer que la plataforma se hundiera, mientras que una superficie de grava, aunque parezca irregular, puede ofrecer un mejor agarre.

Equipos específicos
Existen plataformas aéreas adaptadas a terrenos de difícil acceso. Están equipadas con estabilizadores y orugas, de acuerdo con las recomendaciones de la Occupational Safety and Health Administration (OSHA). Las plataformas aéreas sobre orugas son ideales para terrenos irregulares, como obras de construcción con escombros. Sin embargo, pueden resbalar en terrenos resbaladizos o embarrados. Por eso es importante recordar que incluso las plataformas más adecuadas y equipadas con la última tecnología requieren una vigilancia adicional.

Formación y sensibilización
La formación de los operadores es esencial, y debe tener en cuenta las características específicas de los distintos tipos de terreno. Sin embargo, la rutina puede hacer que incluso los operadores más experimentados se vuelvan complacientes. Un operador que ha trabajado durante años sobre hormigón podría pasar por alto una superficie de grava. Sin la formación adecuada, podría subestimar la movilidad de la grava y provocar un desequilibrio. Por lo tanto, hay que recordar periódicamente a los operadores los diversos peligros a los que podrían exponerse en caso de negligencia.

Técnicas de ascenso y descenso
En un terreno irregular, el ascenso debe ser lento, pausado y seguro. Un descenso precipitado puede provocar un desequilibrio. El INRS recuerda la importancia de utilizar técnicas adecuadas. Un descenso precipitado en un terreno suelto o arenoso puede provocar el vuelco de la cesta. Por lo tanto, la paciencia y la prudencia deben prevalecer.

Utilización de accesorios
El uso de ciertos accesorios puede ser un verdadero aliado en terrenos difíciles. Las placas separadoras, por ejemplo, ayudan a estabilizar el suelo distribuyendo el peso de la cesta. Según la OSHA, su uso es incluso indispensable. Sin embargo, su uso no está exento de riesgos. Una instalación incorrecta reduce su eficacia: en un terreno embarrado, si están mal colocadas, podrían inclinarse y crear un punto de inestabilidad. Además, todo accesorio, por útil que sea, requiere un conocimiento profundo. La seguridad en terrenos accidentados requiere conocimientos, preparación y respeto de los procedimientos. Los riesgos, aunque importantes, pueden reducirse en gran medida con una actuación meditada e informada.